PORTAL CRONICAS DE CUCUTA: Estandarte cultural de historias, recuerdos y añoranzas cucuteñas…

PORTAL CRONICAS DE CUCUTA: Estandarte cultural de historias, recuerdos y añoranzas cucuteñas…

TERREMOTERO -Reconocimiento, enero 2018-

Apasionantes laberintos con inspiraciones intentan hallar rutas y permiten ubicarnos en medio de inagotables cascadas, son fuentes formadas por sudores de ancestros. Seguimos las huellas, buscamos encontrar cimientos para enarbolar desprevenidos reconocimientos en los tiempos. Siempre el ayer aparece incrustado en profundos sentimientos.

Corría finales del año 2008, Gastón Bermúdez sin advertir y sin proponerlo, inicia por designios del destino la creación del portal CRONICAS DE CUCUTA. Parecen haberse alineado inspiraciones surgidas por nostalgias. Gran cúmulo de vivencias, anécdotas, costumbres y añoranzas, fueron plasmadas en lecturas distintas.

Ya jubilado de la industria petrolera venezolana, recibió mensaje que expresaba una reunión de amigos en Cúcuta. Tenía más de cuatro décadas ya establecido de forma permanente, primero en la ciudad del puente sobre el Lago y después en la cuna del Libertador. Viajó ilusionado, acudió puntual a la cita desde Caracas. Encontró un grupo contemporáneo, conformado por amigos ex-jugadores de baloncesto y ex-alumnos del Colegio Sagrado Corazón de Jesús.

La tierra cucuteña levantada desde primeras raíces plantadas, siempre acompañó todos los hijos ausentes. Cuando encontramos distantes los afectos, creemos separarnos de recuerdos. Nos llevamos al hombro baúles de abuelos, cargamos con amigos del ayer, empacamos en maleta la infancia y juventud. Muchas veces una fotografía antigua, atrapa y confirma que nunca pudimos alzar vuelo.

Entonces por aquellos días apareció publicado ´La ciudad de antaño´, parido desde generosa pluma con sentido de identidad comprometida, fue el mártir periodista Eustorgio Colmenares Baptista dejando plasmados recuerdos de finales de los 50 y años 60. Sin querer, esas letras fueron presentación inaugural de CRONICAS DE CUCUTA. Los Inolvidables sentires viajaron al modesto grupo de amigos y abrieron compuertas para afianzar arraigos de infancia. Don Eustorgio culmina la crónica con frases retumbando las memorias: “Había muchos menos avances tecnológicos a disposición de la comunidad, pero vivíamos como si nada nos faltara. Nos bastaba con vivir en Cúcuta”.

Sentires intactos, ahora plasman recuerdos en calles transitadas por niños que fuimos. Nuevamente los arraigos hacen despejar las avenidas a los rieles del antiguo ferrocarril. Nos bastaba con vivir en Cúcuta. Asoman madrugadas entre indetenibles remembranzas y añoranzas.

Sin planificar nada, Gastón compartía vía internet las crónicas del Diario La Opinión aparecidas cada ocho días en lecturas dominicales. Sin saber, creció el portal CRONICAS DE CUCUTA. Cada acontecimiento recopilado se convertía en homenaje In Memoriam para hombres y mujeres que dejaron muy alto el Valle de Guasimales. Igualmente, exalta la dignidad con reconocimiento a grandes glorias del ámbito artístico, cívico, periodístico, religioso, deportivo, cultural, social y político.

Oficialmente se convierte en PORTAL WEB el 7 de octubre 2010. En forma admirable acumula ya 1.329 recopilaciones tipo crónicas, casi todas extractadas de periódicos y publicaciones locales, libros populares, escritos nacidos de historiadores, periodistas, inéditos autores y muchos escritores del Norte de Santander. El portal permite hallar el original ADN ancestral y ubica el sentido innato de pertenencia cucuteña. Llegó un día a la vida de todos los internautas, igual como aparecen las buenas nuevas, sin avisar, sigilosamente introduciéndose en las cortezas que somos y las venas que siempre fuimos. Su creador, nunca imaginó un buscador que tocara el alma y menos tallar imborrables despertares en ávidos ojos de lectura.

Aparece ahora como paso determinante para navegar en referencias de Cúcuta. Asegura a nuevas generaciones herramientas para afianzar valores jamás perdidos. La perspectiva futura para ámbitos históricos, culturales, sociales y deportivos, harán necesario considerar el Portal como insigne buscador de consulta e informativo. Importante archivo tecnológico para infantes en colegios y escuelas. Podrá acceder directamente cualquiera a profundos arraigos allí recopilados. Casi imperativo considerarlo como salvaguarda del sentido de identidad y pertenencia.

CRONICAS DE CUCUTA se convirtió en sugestivo repaso de acontecer histórico, recopilado en 19 capítulos o clasificaciones. Portal libre, siempre abierto a todo aquel deseoso por descubrir datos históricos, biografías, nombres de grandes personajes, fechas emblemáticas, sucesos de vida social, cultural, deportiva, religiosa, artística y política. Formidable vía adentrándose en acontecimientos del siglo XVIII hasta nuestros días. Todo expedicionario oriundo se encontrará representado en cada letra, apellido, dato, foto y fecha. Todos volverán a observar las luces de la gran ciudad en medio de rutas por hallar orígenes.

CRONICAS DE CUCUTA no debe tener como destino el olvido, deberá asegurar a nietos de nuestros nietos, inquebrantables lazos surgidos de nostalgias, recuerdos y añoranzas. CRONICAS DE CUCUTA es herramienta tecnológica para demarcar el hilo conductor entre hoy y ayer. Parece luz encontrada en días oscuros, nos abre el entendimiento. Pulsar la tecla nos lleva a destinos con encuentros pasados. Valiosa información contenida en páginas adornadas con sentimientos profundos.

CRONICAS DE CUCUTA garantiza el resurgir de valores originarios que parecían adormecidos por culpa del avasallante mundo moderno. CRONICAS DE CUCUTA llegó para quedarse, igual que mares inundados por recuerdos. CRONICAS DE CUCUTA confirmó la premisa donde las nostalgias se convierten en vehículos para transportar la historia. Una enciclopedia virtual presentada por nuestras gentes con sencillo lenguaje.

Anclados quedarán por siempre nuestros sentires, intactos los arraigos, despiertas las añoranzas y vivas las costumbres intactas. Ahora aseguramos el reguardo de raíces que retoñan desde cenizas del ayer. Dios jamás declaró desértico el Valle Arcilloso, siempre fue bendecido, tampoco declarado deshabitado para la vida del hombre.

Fueron creciendo raíces en medio de cenizas y milagrosamente reverdecieron los gigantescos árboles frondosos. CRONICAS DE CUCUTA reafirma lo que somos. Seguiremos siendo aquello que siempre fuimos, nada cambió, solo algunos pañetes y varios techos distintos.

Todo estará por volver, todo por crecer y todo por llegar. Nunca estaremos solos. Cada generación hará brotar nostalgias por siempre convertidas en historias llenas de arraigos.

Nos bastaba con vivir en Cúcuta…

miércoles, 30 de abril de 2014

562.- UN PERFIL DE CARLOS RAMIREZ PARIS


Cicerón Flórez Moya

  


Carlos Ramírez París fue un ciudadano casi del común. Un cucuteño formado en las corrientes sociales de base de la ciudad, sin pergaminos presuntuosos, ni títulos que le dieran privilegio alguno de propietario con poder de dudosa legitimidad. Un cucuteño hecho a pulso, autodidacta y visionario con la lupa de su inteligencia natural, irrigada de perspicacia y el añadido de lecturas que su conocimiento y dominio del alfabeto le fueron deparando en la vida.

Pero este mismo Carlos Ramírez París fue construyendo sus propias fortalezas. Una, su autenticidad. Otras, el carácter, como blasón de su sinceridad y su independencia; el trabajo como medio productivo de sustento vital; las querencias, como expresión de convivencia, de amistad o fuente de felicidad; la inconformidad, para no caer en la pasividad o en el rasero de lo fácil; la franqueza, para no dejar dudas respecto a lo que decía, sentía o hacía y el don de la malicia para no tragar entero y no ser proclive a trampas, ni dejarse embaucar por malabaristas de enredos, de prejuicios o de intereses que buscan imponerse por encima de la verdad o del bien común.

En este mismo medio, con los recursos de su formación, Carlos Ramírez París, se convirtió en uno de los protagonistas de la comunicación social y asume la aventura de hacer radio, para lo cual monta una emisora con los elementos básicos de una empresa de tal naturaleza. Nace entonces Radio Guaimaral, que habría de responder al lema de “Una chica para grandes cosas”. Se convierte en una tribuna cívica, abierta a la comunidad local. Desde su cabina se promueve un periodismo activo que informa de hechos cotidianos de interés público, como es la naturaleza de la noticia.

Encuentran en ese espacio cabida quienes quieren contar cosas de ocurrencia cotidiana u opinar sobre las mismas. Se suman voces de diferentes matices y encuentran allí cabida, el deporte, la política, las actividades económicas, la cultura, el movimiento comunal y todo cuanto acontece en la Cúcuta que se desarruga, crece y se consolida como centro urbano de renovada dinámica.


Radio Guaimaral fue pionera de la Cúcuta que dio el salto al nuevo desarrollo urbano. Lideró protestas como el apagón de finales de los 50, para demandar una provisión de energía eléctrica a la ciudad a la medida de su crecimiento y de las necesidades de su población. Carlos Ramírez París estuvo a la cabeza de esa manifestación.

Como estuvo también en primera fila para exigir soluciones a los problemas más sentidos. Lo hacía en su doble condición de periodista y dirigente cívico, lo cual, además, hizo visible su capacidad en la comprensión de los problemas regionales. Por eso no es extraño que su nombre figurara entre quienes eran propuestos para la Asamblea del Departamento o el Concejo de Cúcuta. El Partido Liberal lo tuvo en cuenta en varias ocasiones, en la consideración de lo útil que sería su participación en esas corporaciones.


Pero más que un político, como los de ahora, era un dirigente natural, con ideas que buscaban salir de los atrasos y articularse a las corrientes de cambio y de progreso que estaban en curso o impulsadas por los sectores que entendían la democracia como una causa de lucha contra la inequidad y la pobreza.

Conocido por sus posiciones en defensa de la región y su querencia a Cúcuta, Eduardo Cote Lamus, con la investidura de Gobernador de Norte de Santander, nombró a Carlos Ramírez París Alcalde de Cúcuta en 1963. El 24 de junio de ese año tomó posesión del cargo.

Es decir, se cumplen 50 años de ese acto. ¿Qué fue ese capítulo de la historia de Cúcuta? Un hecho fugaz, en términos cronológicos. Porque la permanencia del nuevo Alcalde no fue sino de un mes. Las presiones moralistas de orden confesional se impusieron por encima de la conveniencia comunitaria. Fue una victoria pírrica de quienes se considraban dueños del establecimiento. Fue el triunfo del oscurantismo contra la lógica del bien común.

En ese corto tiempo, sin recursos holgados, sin demagogia, pero con acendrado cucuteñismo, Carlos Ramírez París, puso sobre la mesa las cartas de lo que quería que fuera su administración. Buscaba un cambio. Se proponía generar un espíritu de progreso, ordenar el desarrollo y meter a los habitantes de la ciudad en un ritmo de autoestima. Y un primer paso fue decretar el arreglo de los andenes de las habitaciones del área urbana, prioritariamente los de la zona central. Sus empeños, claro está, iban más allá. Apuntaban a hacer de Cúcuta una urbe abierta a las corrientes del turismo internacional y al aprovechamiento adecuado de sus recursos para ganar progreso en términos de necesidades satisfechas y de irrigación cultural.


Eran tiempos en que se pensaba en función de la comunidad y no del enriquecimiento de quienes se apropian del poder. Eran tiempos de decencia en el manejo de los recursos oficiales y de la interpretación de la ley. Eran tiempos en que la función pública implicaba responsabilidades muy puntuales en cuanto al acierto y la protección del patrimonio colectivo.

Por todo cuanto fue y cuanto hizo, Carlos Ramírez París dejó un legado que debe preservarse en la memoria de la ciudad, no como referente inerte sino para tomarlo de patrón en la proyección de su destino.

El hombre de carne y hueso que fue Carlos Ramírez París no estuvo ajeno a debilidades propias de la condición humana. Pero en lo fundamental fue una persona con valores estimables: tolerante, de talante democrático, apasionado por su región y en especial, amante de Cúcuta, con una fidelidad ética invariable; solidario con los desprotegidos; promotor de la educación, como lo hizo con el patrocinio de una escuela puesta en funcionamiento en Radio Guaimaral; desprovisto de prejuicios, de mezquindades y de complejos y con integridad a toda prueba en sus relaciones de amistad.

Carlos Ramírez París, un alcalde de pocos días en Cúcuta, pero cuya huella es perdurable.


Recopilado por: Gastón Bermúdez V.

lunes, 28 de abril de 2014

561.- AGOSTO, TIEMPO DE COMETAS


Ciro A. Ramírez Dávila





Verano, sol, calor, sofoco, sed, días brillantes, cielo despejado, Horizontes largos, montañas borrosas, ventiscas y polvaredas, todo porque ahora es agosto, el mes del estío, del bochorno, de la canícula, de las

cometas.


Ah…las cometas, las cometas……con sus colores, sus múltiples formas, sus piolas o cordeles, sus largas colas, sus enredos. Todo esto es un devenir de recuerdos, de nostalgias, de vivencias, infantiles y juveniles. Cómo esperábamos la aparición de los vientos agosteños, para preparar primeramente, en el primer domingo una caminata hacia las riveras de nuestro Pamplonita, donde estaban las haciendas paneleras cucuteñas, cultivadas de cañaduzales, proveedoras de la materia prima para la construcción de nuestras cometas, pues de la flor de la caña, se obtiene la verada, que es el esqueleto o marco de las mismas.


Esas salidas, desde las diferentes barriadas cucuteñas, se constituían en excursiones, con baño en el río, degustación de caña madura, mangos, mamones, naranjas y otras frutas, que para la época eran variadas y abundantes.


Esas correrías, de la muchachada cucuteña, con el pretexto cierto de recolectar las veradas para la construcción de cometas, provocaba otros ingredientes, saturados de aventuras, escaramuzas y demás hechos sucedidos en los albores de la adolescencia. Era una forma para algunos de evidenciar sus conocimientos de natación, durante el baño en el río; otros por el contrario dejaban ver su temor, sólo quedándose en la orillita, envidiando a los expertos.


El achaque, de las cometas, ameritaba atravesar por el entorno rural inmediato de una ciudad que apenas

comenzaba su desenvolvimiento como tal, puesto que sus linderos urbanos llegaban en el oriente, hasta La Playa y Los Sauces, hoy barrio Popular; por el sur, hasta la Cabrera y Puente Barco; por el norte se llegaba hasta Sevilla, más concretamente a la X Roja y por el occidente el Contento, el Llano, Callejón y Carora: esa, y no más, esa era la Cúcuta de los años cincuenta.


Nosotros, callejoneros y caroreños, con el pretexto de las cometas, salíamos por el costado sur del ferrocarril, atravesábamos a caño picho, hoy puente de las tirantas, pasábamos por el estadio General Santander y nos adentrábamos en una secuencia de potreros, plataneras, y cañaduzales, hasta desembocar a las haciendas la Rivera y Guaimaral, que tenían su ajuar panelero y colindaban con el río Pamplonita. Todo esto, era un verdadero paseo, con ingredientes como asoleada; baño en el río; correteada de los perros guardines de las fincas, quienes nos salían, por sustraer a hurtadillas frutos de sus huertos; cacería de torcazas e iguanas, puesto que cada quien tenía su respectiva cauchera. Cuando coincidíamos, con la molienda, gorreábamos miel y boronas de panela, en los trapiches.


Esa misma noche, nos asesorábamos de algún vecino ducho en fabricar cometas y comenzábamos su elaboración; previamente, nuestras mamás nos habían comprado el papel vejiga o celofán de diversos colores, la piola y los retazos de ropa vieja para las colas. No hay que olvidar, el engrudo de almidón, como pegante; las tijeras; el cartabón para las medidas; y una navaja filosa para dejar muy liviano el marco. Las había de diferentes tamaños, según la capacidad física del “elevador”, sobra decir que después que la cometa, se encumbra, se vuelve indómita y a veces incontrolable.


También existen diversas formas, recordamos las tradicionales hexagonales, las hachas, las panelas, las estrellas, los papagayos y muchas más; cada quien quería ponerle su estilo, cómo no recordar de las “bramaderas”, cuyo sonido se podía confundir con un monomotor y los festones de múltiples colores. La confección de la cola, tiene su misterio, pues debe equilibrarse con el tamaño dela cometa, si es muy pesada, no despega, si es muy liviana  ”caracolea” pero no eleva, ni se “duerme”.


Hoy esta costumbre, dejó ser sólo una “goma” o pasatiempo, para convertirse, casi en un deporte profesional, con verdaderos expertos en esta técnica; admiramos la cantidad de estilos, modas y modos de su práctica.


Como no recordar en esa vieja Cúcuta, los sitios propios para elevar cometas, los cuales eran colmados en

esas temporadas, por vecinos de todas las edades y condiciones, para divertirse, con el multicolor espectáculo.


Así, los playeros y cabrereños, iban a Cristo Rey; los contenteros a King Kong o a la Columna de Padilla; los callejoneros, al Paraíso; los caroreños al Alto de las Pavas; los sevillanos, al Cerro de la Cruz; los llaneros, al Patio del Gol o a la Loma de Bolívar. El ambiente era lúdico, pero se presentaban enfrentamientos entre

contendores de diferentes barriadas, por la competencia o rivalidad ante la vistosidad, colorido, tamaño, confección o alcance, de la mejor cometa.


No faltaban entre los cometeros, personas mal intencionadas, que en la cola colocaban “crucetas”, hechas con trozos pequeños de veradas con cuchillas de afeitar, para trozar en pleno vuelo otra cometa. Esto generalmente se hacía desde un sitio diferente y ocasionó disputas desagradables.


Qué bueno es recordar, los momentos intensos de los años juveniles, con la picaresca de la época, las costumbres, las tradiciones, el vecindario, la barriada, pero sobre todo la alegría con que nos levantamos, porque había paz, seguridad, y convivencia entre las gentes, así era nuestra Cúcuta.




Recopilado por: Gastón Bermúdez V.

sábado, 26 de abril de 2014

560.- CUCUTA, CAMINO A SER SOSTENIBLE


Orlando Carvajal



Los urbanistas locales han proyectado una ciudad moderna a la que solo le falta ajustar algunos detalles en materia de servicios y de vías para hacerla sostenible.


No cabe duda que Cúcuta tiene todos los atributos para convertirse en el corto plazo en un buen vividero, con todas las ventajas y condiciones de una verdadera metrópoli.


El hecho de ser la sexta ciudad más poblada del país, según el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (Dane), con 637.000 habitantes, y de ser la frontera de Colombia más movida en lo comercial y en población, la convierten también en un atractivo codiciado para propios y extraños.


Encantadora para unos y amañadora para otros, la capital de Norte de Santander es también una ciudad convulsiva y con unas diferencias abismales entre lo deseado y lo inaceptado, dice el historiador y antropólogo, Alberto Acuña Cordero.


Y claro, para este experto conocedor de la idiosincrasia y de las costumbres cucuteñas, esto se debe a las condiciones atípicas en las que le ha tocado evolucionar a Cúcuta, “una ciudad que, al igual que muchas de su tamaño en el país, creció al mismo ritmo que le marcaron las crisis sociales que se conocen, como la Guerra de los Mil Días (1899), la violencia entre liberales y conservadores (1945-1950), la aparición de las guerrillas (1960) y la incursión de paramilitares (1989) y de bandas criminales (2006)”, asegura Acuña Cordero.


Pero además de esto, a Cúcuta la marcó el mito de ser frontera, “y este solo hecho, más que las guerras y las guerrillas, y que las bandas criminales, fue la causa del desorden poblacional en que todavía se debate la ciudad, dice el historiador y antropólogo.


En el reciente foro urbano regional de hábitat y ciudad que tuvo lugar en Cúcuta con invitados de Naciones Unidas, investigadores y urbanistas de Venezuela y Colombia, y expertos en suelos, una conclusión que llamó poderosamente la atención de los invitados de afuera fue el avance que ha tenido Cúcuta de cara a convertirse en una ciudad sostenible, aún en medio de todos los avatares  antes mencionados.


Y no hay que hablar solo de los movimientos sociales que influyeron en la conformación de la ciudad, también hay que resaltar el talento que han tenido los urbanistas locales para superar los problemas de una ciudad atravesada por tres grandes fallas sísmicas y de un territorio soportado en arcillas expansivas que hacen riesgoso el suelo para cualquier cosa, dijo Guido Arturo Berte, docente investigador del centro de estudio de frontera de la universidad de Los Andes.


Para el científico venezolano, es un hecho que todo lo que ocurra en la frontera, en cualquier dimensión que se produzca, tiene impacto en los dos países.


Se refiere Berte a la explosión que han producido las invasiones de tierras en el corredor limítrofe, y al boom generado por el bajo precio de la moneda venezolana frente al peso colombiano, lo cual ha ido de la mano con el comercio informal.


“Todo esto, en definitiva, va produciendo prospectivamente deterioro en calidad de vida, en desarrollo humano tanto en Colombia como en Venezuela”, sostiene el docente investigador.


¿Pero en qué pasos andan las autoridades para avanzar en el propósito de que Cúcuta sea una ciudad sostenible, con calidad de vida para sus habitantes, con servicios óptimos y continuos, con políticas claras frente al medio ambiente, aire, urbanismo, entre otros indicadores?


La misión no ha sido nada fácil, sostiene el alcalde Donamaris Ramírez Lobo, uno de los artífices de que se cumpla la meta en la que ya trabajan ciudades como Bucaramanga, Pereira, Manizales, Barranquilla y Montería.


Uno de los cuellos de botella al que nos enfrentamos es la problemática de ilegalidad de los asentamientos en todos los puntos cardinales de Cúcuta, dice el gobernante local.


Una ciudad en la que más del 60 por ciento de sus barrios fueron producto de invasiones de terrenos privados, donde cada día llegan en promedio 15 familias desplazadas, en la que el desempleo es uno de los más altos del país y en la que la informalidad tiene crucificada la economía, es apenas lógico que casi todo esté por hacer, dice Ramírez Lobo.


No obstante estos impactos sociales, la Ruta Hábitat de Naciones Unidas ha sido fiel testigo de los esfuerzos que se hacen en Cúcuta para superarlos.


Si bien es cierto que esta administración ha hecho con el Gobierno Nacional una gran inversión en vivienda con $170.000; en salud gratuita otros $162.000 millones, y $190.000 millones para educar a 114 mil niños, niñas y adolescentes, “aún necesitamos de diversas estrategias que contribuyan a la solución de la problemática de desorden en las tierras”, sostiene el gobernante municipal.


Mauricio Ballesteros, cree que algo para destacar es el proceso de titulación de barrios y de predios, con más de 22 mil procesos programados para este año.


Pero además de esto, a la gestión que está en marcha para determinar la sismicidad de Cúcuta, con miras a saber qué clase de suelos tiene y hacia dónde se puede dirigir la inversión en materia de urbanismo, dijo el asesor de ONU Hábitat.


Sin embargo, pese a estas problemáticas, Cúcuta tiene buenas experiencias en legalización de terrenos y en construcción. Por ello en el diagnóstico que se realiza de Cúcuta esas serán dos de las fortalezas con las que se aspira a realizar sinergias con otras ciudades del mundo, con miras a intercambiar experiencias para buscar soluciones, dice Ballesteros.


“Tenemos que encontrar ciudades en el mundo con soluciones para superar la problemática de las arcillas expansivas de Cúcuta, de la inestabilidad de sus suelos”, agrega el asesor de ONU Hábitat.


Para cuando eso suceda, el alcalde Ramírez Lobo es consciente de que hay que seguir trabajando en procura de lograr una ciudad sostenible en el corto plazo. “Nos propusimos reemplazar las 145.000 bombillas de sodio del alumbrado público por otras de luz blanca o luz LED, y aspiramos a cumplir en lo que resta de la administración”.


Las ventajas de ser sostenible


Cúcuta está inscrita para calificar en el programa de Ciudad Sostenible que tiene el Banco Interamericano de Desarrollo y que en Colombia coordina Findeter.


Según el alcalde Donamaris Ramírez Lobo, alcanzar ese escalón es en lo que se trabaja en estos momentos y una vez se adquiera la ciudad recibirá muchos beneficios de la banca internacional, “porque tendremos la oportunidad de presentar proyectos de nuestro plan de gobierno para que sean financiados, entre otros, en los sectores de medio ambiente, vías y educación”.


La ciudad tiene que cumplir unos requisitos y los mismos tienen que ver con crecimiento poblacional, en el plano fiscal, vial y de servicios en los que ya se trabaja, dijo el Alcalde.


Invasiones crearon más de media ciudad


El director de Planeación Municipal, Jorge Joya, señaló que Cúcuta desde su creación ha sido una ciudad de inmigrantes, de oportunidades, dadas sus condiciones de ciudad comercial y de frontera.


Todo esto –dijo- se convirtió con el paso de los años en un drama social para la gente que llegó y la que se encontraba viviendo aquí, dadas las invasiones de tierras que se produjeron.


Joya explicó que las invasiones de terrenos es un problema delicado y se está trabajando con la Policía para frenarlo definitivamente. Aseguró que el 70 por ciento de la población está en los estratos uno y dos. Por ejemplo, la gran mayoría de Atalaya se formó por invasiones, y muchos barrios del Llano y la ciudadela La Libertad, también.



Recopilado por: Gastón Bermúdez V.

miércoles, 23 de abril de 2014

559.- LA CONTROVERTIDA CASA X


Gerardo Raynaud D.


Solamente comenzando el presente siglo las actitudes tolerantes empezaron a florecer, en unos sitios más que en otros. 


Las desigualdades de género en los países islamistas siguen siendo el lastre en términos de paridad de derechos de género; pero no se crea que en nuestro medio, situaciones similares lleven mucho tiempo.


Recordemos que el voto femenino fue establecido hace un poco más de cincuenta años, así que apenas estamos empezando a modernizar nuestras actitudes en relación con el tratamiento que se les deben prodigar a los demás, sin importar las diferencias. 


Pues bien, estos procederes eran bien distintos hace poco menos de medio siglo y en esta ciudad de calles anchas como el corazón de sus habitantes, se presentaban casos realmente sorprendentes que a veces rayaban en lo ridículo, por lo menos, desde la perspectiva que tenemos hoy.


La historia que voy a narrarles el día de hoy aconteció en la Cúcuta de mediados del siglo 20 y fue un suceso que hizo correr ‘ríos de tinta’ y unas cuantas horas de radiodifusión, tal vez por lo estrambótico de lo sucedido, pero que a raíz de las presiones que se ejercían desde las altas esferas religiosas, las autoridades no tenían más opciones que plegarse a las voluntades de los jerarcas que entonces detentaban una gran influencia sobre las decisiones administrativas, políticas, sociales y hasta judiciales.


Cierto día de comienzos de año del medio siglo, vecinos del barrio El Páramo, escandalizados por el supuesto ‘bochinche’ que se armaba, especialmente en las horas de la noche, en una casa de la calle 16 a la que la prensa de la época optó por llamar ‘la casa X’, dieron una voz de alarma a la que respondió con premura un pelotón de la policía departamental al mando de un oficial. 


Cuando llegaron a la residencia en mención encontraron lo que definieron en sencillas palabras como una casa de ‘cita’ y de ‘trata de blancas’, sitio al que acudían, según lo expresado por los curiosos y vecinos del lugar, bellas jovencitas de esta ciudad. 


En general, la prensa hizo un gran despliegue de la operación policial y del desarrollo posterior que tomaron los acontecimientos, toda vez que el proceso tomó unos rumbos inusitados, en buena parte, por el desconocimiento de los procedimientos que debían emplearse en estos casos, por parte de las autoridades municipales y por entrar el asunto en choque de jurisdicciones.


Se lee en las actas del sumario que en la casa X que está ubicada en la calle 16 No.--- (se evitó la identificación para evitar perjudicar la investigación) habitaba su propietaria, una señora viuda y que a dicha casa concurren, ‘previo llamatos telefónicos’ grupos de primorosas muchachas que trabajan en diversas oficinas y establecimientos comerciales de la ciudad y que, lo más grave, sus nombres están ‘ya chequeados por la policía’. 


En el Permanente Central, se identificaba la casa descrita como un sitio donde funcionaba ‘comercio ilícito de trata de blancas’ y de citas clandestinas, toda vez que estas actividades estaban autorizadas pero en lugares específicos de la ciudad y prohibidos en las zonas residenciales.


Aunque ‘la profesión más antigua del mundo’ no constituía delito, si lo era ofrecer estos servicios por fuera de las zonas previamente establecidas para tales fines y esta fue la única razón que argumentó la policía para proceder a las acciones represivas incluido el allanamiento. 



En la descripción posterior que presentaron las autoridades se lee que tanto las muchachas como los clientes, libaban licores y fomentaban escándalos nocturnos, que por lo tanto y respondiendo al clamor de la vecindad, para restablecer la calma y el buen nombre del barrio, el domingo 24 de febrero, los agentes 33516, 34215 y 34310 al mando del teniente Buchelli y un alto funcionario Departamental designado por el director del Permanente Central, llegaron sorpresivamente y constataron el ‘tráfico de blancas’ y de ‘citas’ así como requirieron a los clientes que allí se encontraban en ese momento.


Llamó la atención, que un reconocido propietario de un salón de belleza, de mucha prestancia, estuviera en el lugar. Todos fueron trasladados al Permanente en la ‘lora’ que era por esa época, la equivalente a la radio patrulla de hoy y sancionados; así mismo, la dueña de la casa multada. 



Pocas horas más tarde ya en la noche de ese domingo, todos retornaron a sus sitios de origen a continuar con su rutina diaria y preparándose para comenzar la semana que se les presentaba casi de inmediato.


Sin embargo, parece que no hubo mayor arrepentimiento por parte de los integrantes de la casa X ya que el lunes siguiente, es decir al otro día y habiendo transcurrido menos de 24 horas, la Departamental, como le decían a la policía, rodearon la casa y sorprendieron ‘in fraganti’ al mismo sujeto del salón de belleza pero esta vez, con dos agraciadas muchachas de 19 años, Luz Marina y Dora, quienes acaban de llegar de Bucaramanga. 


Nuevamente lo trasladaron en la ‘lora’ al Permanente para ser reconvenido por haber reincidido y a las dos muchachas, bien trajeadas, las llevaron a la cárcel municipal.


En este punto del proceso, es que comienzan a desarrollarse las escaramuzas jurídico- administrativas que degenerarían en un novelón risible y que diera para inventarse chistes y anécdotas que tuvieron recibo en todos los corrillos de la ciudad.


El alcalde don Numa P. Guerrero se encontraba fuera de la ciudad, en gestiones propias de su cargo en la capital y había sido encargado de la alcaldía a don Arturo Bueno Esparza, un simpático y eficiente funcionario, de gran confianza de don Numa, pero de pocos conocimientos legales que le permitieran capotear la elemental controversia que se había suscitado en torno a la problemática de la casa X, a pesar de haber sido secretario de la rama judicial por varios años; por ese motivo y tal vez aconsejado por algunas personas de su entorno, le ordenó telefónicamente al jefe del Permanente, pusiera en libertad de manera inmediata a las dos damitas llegadas de la capital de Santander, a lo cual, éste se negó rotundamente, por estar bajo su jurisdicción y haber sido sancionadas con una multa de $30 cada una, multa que no había sido cubierta y que hasta tanto esto no se produjera se quedarían en calidad de detenidas.


El jefe del Permanente se mantuvo en su enérgica posición y en este estado no les quedó más remedio que regresar a la cárcel de donde habían salido. 


Poco tiempo más tarde, se apareció el dueño del salón de belleza, que en mi opinión debía ser el mandamás de la casa X, y pagó los sesenta pesos, valor de las dos multas, inmediatamente las dos muchachas fueron liberadas.


Ante esta novedad y por razones que no son claras, el alcalde encargado Arturo Bueno, expidió un decreto de extrañamiento de las dos chicas, en el que fijó un término de 6 horas para que salieran de Cúcuta. 


En ese tiempo, cuando sucedían estos eventos, los implicados se dirigían a los municipios aledaños o a San Antonio o Ureña, como lo hacen aún hoy. 


El problema fue que la providencia del alcalde era antijurídica, según lo expresó el Personero Municipal Fernando Balaguera y según el mismo funcionario, se constituyó en una tropelía ilegal que no tenía antecedentes en el país. 


La falta que se les acusaba a las chicas no configuraba delito alguno y además, como se diría hoy se les violó el debido proceso, pues no hubo diligencia básica alguna para proceder al extrañamiento.


Entre tanto, el proceso continuó y la dueña de la casa X fue multada con la suma de $500. 


Las dos bellas corsarias, como se dieron a llamarlas después de estas peripecias, no se fueron a Venezuela como se había dicho, sino que se encontraban escondidas, evitando las miradas indiscretas de los caballeros que ahora estaban intrigados y más interesados en conocerlas y departir con ellas. 


Pero atérrense que quien suministró esta última información fue una dama de reconocida elegancia quien argumentó que estaban en una casa vecina a la suya en un elegante barrio de la ciudad; posiblemente conseguido por el dueño del salón de belleza de marras.



 Recopilado por: Gastón Bermúdez V.

lunes, 21 de abril de 2014

558.- EL ULTIMO ENCUENTRO DE FUTBOL DEL SIGLO XX


Alfredo Díaz Calderón


De izq. A der.: Hugo Londero (atrás), Rodolfo Lizcano, Omar Verdún, Juan Díaz, Alejandro Sinisterra, Manuel Díaz Caro, Armando Santafé, Orlando Puerto, Julio Folíaco y “culebro”Rojas.


El jueves 30 de diciembre de 1999 se jugó a partir de las 03:00 pm en la cancha del barrio San Eduardo, un partido de fútbol con protagonistas muy conocidos en Cúcuta.

Algunos de ellos fueron jugadores estelares en diferentes épocas del Cúcuta Deportivo y del fútbol aficionado cucuteño: Rolando Serrano, Juan ‘caquita’ Díaz, Germán ‘burrito’ González, Guillermo ‘mico’ Santander, José ‘chonto’ Jaimes, Tulio Niño, Alejandro Sinisterra, Efraín ‘monalisa’ Ramírez, Armando Santafé, William Centeno, Alfredo Vásquez, ‘culebro’ Rojas, Yesid Londoño, José Vicente Caicedo, Elías ‘maestrico’ Rincón, Marcos Contreras, Omar Verdún y Hugo Horacio Lónderos, entre otros.

También participaron los doctores: Julio Foliaco Gamboa profesor de la UFPS, Iván Darío Rosales abogado y prefecto de Ureña, Carlos Parada médico legista, Manuel Díaz Caro médico cirujano, y Miguel Angel Torres ingeniero del Ministerio de Transporte.

El árbitro de este partido fue Ciro Contreras funcionario de la DIAN, y los protagonistas se dividieron en 2 equipos, A y B.

El equipo A jugó con franela negra y roja, y fue capitaneado por Rolando Serrano. 

El equipo B jugó todo de color blanco y fue capitaneado por el ‘mico’ Santander. 

El marcador final fue 2 por 0 a favor del equipo A, y el partido terminó a las 06:40 pm en total oscuridad, después de casi 4 horas de juego.

Sin embargo los espectadores no protestaban por el alargue maratónico del partido. 

En medio de gritos alegres, aplausos, bromas y risas, la mayoría de los de allí presentes decían que el cronómetro se le había parado al árbitro.

Cuando por fin sonó el pitazo final el árbitro, Ciro Contreras dio la siguiente explicación: 

“Yo no utilicé cronómetro ni reloj, porque este partido se programó sin límite de tiempo. 

Cada equipo inscribió 24 jugadores para que todos jugaran. 

En total jugaron 48 futbolistas y se cumplió el objetivo de que todos nos divirtiéramos. 

A pesar de que se nos vino la noche encima dejé continuar el juego en medio de la obscuridad, porque tenía la esperanza de que el equipo B anotara el gol de la honrilla. 

Lamentablemente ese golecito no llegó”. 

Las palabras de Ciro Contreras recibieron tremendo aplauso por parte de todos los allí presentes y de inmediato se inició la segunda parte del programa.

Juan ‘çaquita’ Díaz como organizador principal de esta fiesta deportiva, se encargó de repartir cerveza bien helada para todos los presentes, que empezaron a repartirse en grupos, algunos sentados en sillas, taburetes o cajas de cerveza, y otros de pie. 

En cada grupo el tema central era el fútbol, pero desde diferentes perspectivas y en diferentes épocas.

Se recordaban los clásicos de fútbol aficionado, Napoleón vs Latino, Latino vs Unión Santander, Cúcuta vs Colpet, Unión Frontera vs Guasimales. 

Y a las figuras de esa época, Daniel Antolínez, Juan ‘marranito’ Romero, Pedro ‘palito’ Medina, etc… 

Se recordó la forma como se construyó y se remodeló el estadio General Santander.


Manuel Díaz Caro, Rodolfo Lizcano (atrás), Omar Verdún, Guillermo “mico” Santander, Orlando Puerto y Hugo Londero (parcial).


Se recordó el debut del Cúcuta Deportivo en el campeonato profesional de 1950 y sus grandes jugadores, ‘gallito’ Contreras, ‘cajurra’ Díaz, ‘marciano’ Miloc,  Julio Ulises Terra, Juan José Tulic, Ramón Alberto Villaverde, etc…

También la llegada en 1951 de los 5 grandes cracks, Schubert Gambeta, Ramón Eusebio Tejera, Antonio Sacco, Juan Carlos Taibo y Bibiano Zapirain. 

Al Cúcuta subcampeón de 1964, y sus estrellas Omar Verdún, Germán ‘burrito’ González, Elías ‘maestrico’ Rincón, Julio Brucesi, Víctor Pignarelli, Omar Ayala, y el portero Heriberto ‘el virrey’ Solís.

Para concluir con esa terrible realidad del descenso de nuestro equipo negrirojo a la categoría B y cuya salida de allí después de 5 años de permanencia, se vislumbra más lejana cada día.

Estos temas y otros más siguieron debatiéndose hasta las 11:00 pm de ese jueves 30, porque a esa hora se inició la tercera parte del programa. 

Nada menos que un humeante pocillo de consomé, seguido después de un plato de carne asada, yuca y pichaque.

Durante más de una hora se habló poco porque las mandíbulas estaban ocupadas en lo suyo. 

En esos momentos lo único que se escuchaba era la voz de ‘chonto’ Jaimes por ser el jefe de esa zona de alimentación.

A la una de la madrugada de aquel viernes 31 de diciembre de 1999, se inició la cuarta parte del programa. 

Más de la mitad de los contertulios aplicaron aquel refrán, ‘Indio comido, indio ido’ , y se quedó allí un grupo de 23 deportistas, jóvenes y viejos, sentados alrededor de la fogata donde ‘çhonto’ Jaimes continuaba asando lo poco que aún quedaba de carne. 

La cerveza lógico, ahora estaba más helada y más sabrosa que al principio.

A las 02:00 am se sirvió nuevamente picada de carne con yuca. 

Ahora el tema era sobre el futuro de nuestro deporte y especialmente sobre lo que pasaría con el Cúcuta Deportivo en el año 2000.

A las 04:00 am se terminó la carne y se acabó la cerveza, y empezó la despedida. 

Abrazos entre todos y los mejores deseos para el año nuevo que nacería dentro de 20 horas. 

Alguien muy optimista gritó, “Feliz siglo XXI para todos ustedes y para el Cúcuta Deportivo”.

Juan ‘caquita’ Díaz estaba recogiendo las últimas sillas y recibía abrazos de los últimos que ya se retiraban a sus casas, cuando alguien le preguntó: 

“Juan, cómo hiciste para financiar esta fiesta?...Porque los uniformes, la carne y la cerveza valen mucho… “.  

Juan Díaz le contestó que se estableció una cuota de $10.000,00 y la pagaron únicamente 14 deportistas con lo cual no se cubría ni la mitad de los costos, pero que afortunadamente el comerciante cucuteño Rafael Rodríguez Pantaleón había asumido el costo total del faltante.

Pero Juan también agregó que ese había sido el partido más largo que había jugado en su vida pues para él empezó a las 02:00 pm del jueves 30 cuando llegó a instalar las sillas y a disponer las cavas con cerveza, y terminó a las 04:00 am del viernes 31 de diciembre de 1999. 

Sin embargo era necesario agregar que los futbolistas cucuteños habían hecho historia en el siglo XX.

El fútbol inició el siglo XX con un partido histórico jugado por obreros y empleados del Ferrocarril de Cúcuta en el cementerio clausurado de Carora, el primero de enero de 1900. Un partido irregular, sin árbitro y sin reglas. 

Y el 31 de diciembre de 1999 se había cerrado el siglo XX con una linda fiesta deportiva, donde el acto central había sido un partido de fútbol irregular con 4 horas de duración y 48 futbolistas veteranos recreándose en la cancha San Eduardo para revivir algo de sus mejores épocas.



Recopilado por: Gastón Bermúdez V.

sábado, 19 de abril de 2014

557.- COLEGIO SAGRADO CORAZÓN 110 AÑOS EDUCANDO EN CUCUTA


Ernesto Duarte Ossa/contraluzcucuta.co


Quinta Teresa

 Su aparición en el medio educativo local sucedió un año después de que Colombia fuera consagrada al Sagrado Corazón por el Decreto 820 del 18 de mayo de 1902, emitido, coincidentemente, cuando se conmemoraron 27 años del terremoto que destruyó a la ciudad.

El 1 de agosto de 1903 se consolidó la idea del sacerdote agustino, Pablo Alegría, de abrir el plantel de varones quien se la propuso al padre José Santos Valderrama.

En aquél año de principios del siglo XX tenía 100 alumnos y 5 profesores. Hoy, en el siglo XXI cuenta con 3.340 estudiantes y 110 profesores y docentes administrativos.

Se conformó una junta para asegurar la consolidación del proyecto que arrancó con $1.000 que le dio el municipio para su dotación; $720 para el pago de maestros y $600 para becas mensuales. La integraron los generales Luis Morales Berti y Agustín Berti y el doctor José Rafael Unda Pérez.

Las raíces del Sagrado Corazón nacieron en una casa que perteneció a Santiago Montaña, situada al frente de la entrada de la Quinta Teresa. Esa primera sede se la arrendaron al establecimiento educativo en $600 anuales.

El porqué del nombre surge de conversaciones entre los curas Alegría y Valderrama. El primero agustino recoleto y el segundo dominicano. A este último, y quien eran también  párroco de San José, le llamó poderosamente la atención la idea.

“Se apersonó de ella y pensó rendir homenaje al Sagrado Corazón de quien era especialmente devoto, creando un colegio y poniéndole el nombre de Sagrado Corazón de Jesús. Su convicción religiosa le hacía creer, confiadamente, que el divino corazón bendeciría su empresa”, se lee en la historia del establecimiento.

En 1904, los alumnos tuvieron que enrumbar hacia la calle 12 con avenida 4, a donde se mudó a una casa propia que la familia Cabrera le vendió en $9.500. Para recoger esa plata se hizo una ‘vaca’ donde el Concejo puso $4.000, los cucuteños $4.500 y el padre Valderrama $1.000. El acuerdo 36 del cabildo dispuso que el inmueble tenía que destinarse “para un colegio dirigido por una comunidad religiosa o por católicos muy convencidos”.

Ese año hubo una pelea entre los agustinos y el párroco de la ciudad y entonces ellos se fueron de la ciudad.

El 17 de mayo de 1904 el gobernador de Santander, Carlos Matamoros, ordenó el pagó del auxilio votado por la ordenanza 60 del año anterior. Para asegurar la correcta inversión de esos dineros dio personería jurídica al colegio y nombró una junta administradora compuesta por el instructor de inspección publica como presidente, como vocales al superior de los agustinos y al personero municipal y como tesorero a Rafael Unda.

 5° Año de Bachillerato – 1935. De izquierda a derecha: 1ª fila de abajo hacia arriba: Carlos Duarte, Floro Castro, Humberto Ramírez, Fermín Mendoza y Virgilio Barco Vargas. 2ª fila: César Castro, Ignacio Delgado, Jorge E. Chaustre Ramírez, Jorge Moreno y Luis Figueredo. 3ª fila: Eduardo Contreras, Joaquín Romero, Luis Baena, Nurma Hernández y Joaquín Mancilla. Ausente: Juan García. Director: Hno. Filiberto. Profesores: Hnos. Juan, Miguel, Fernando y Felipe

Este proceder del gobernador de Santander provocó la protesta del padre Gamuza superior local de los agustinos, quien amenazó  con salir del colegio y abandonar la ciudad. La junta se dirigió entonces al superior provincial explicándole que esos nombramientos solo se habían hecho para garantizar el empleo de los fondos del auxilio departamental. El padre Manuel Hernández, provincial, respondió que la junta debería estar compuesta por el párroco, el personero y un vecino. Y añadió que para poder seguir los padres al frente del colegio debían, según lo convenido con el señor obispo, tomar los curatos de San José, San Luis y San Cayetano.

Era apenas natural que, al conocerse esta actitud de los padres se desatara contra ellos una violenta crítica y se distanciara definitivamente de ellos el padre Valderrama. Entre el cura párroco y el superior de los agustinos se desató una polémica textual. Los padres agustinos cumplieron la amenaza y el 15 de julio 1904 abandonaron el colegio y la ciudad. Por esa razón, la Alcaldía nombró como educador a Luis Salas Peralta y vicerrector a Eustacio Mantilla Bretón. El colegio se volvió abrir el 2 de agosto de 1904 con 142 alumnos. La interrupción  duró unos de 15 días.

En ese entonces, los Hermanos Cristianos llevaban 15 años en Colombia. Y sería el padre Demetrio Mendoza, que el 26 de enero de 1905 asumió la parroquia de San José, quien cumplió la misión de traérselos para esta ciudad fronteriza a manejar la institución.

“Con tal fin viajó a Bogotá. Se entrevistó con el general Rafael Reyes, presidente de la república; el arzobispo de Bogotá; Bernardo Herrera Restrepo; con  monseñor Ragonessi, nuncio de su santidad el papa y con el hermano Afraates - Víctor, provincial de los hermanos. Y tuvo éxito en su empeño. Logró el solemne compromiso de que ellos tomarían la dirección del colegio a partir de febrero de 1906”, de acuerdo con ‘50 años de Vida Nortesantanderana’.

Los pioneros en esa labor educativa religiosa en el Sagrado fueron los hermanos Rafael (director), Arístides, Gérard, Segismundo, Cecilio, Teodosio, Joaquín y Valente.

“La dirección de ellos,  como todos lo esperaban dio estabilidad académica y disciplinaria al colegio Sagrado Corazón de Jesús. En 1910, el número de alumnos llegó a 130 y en 1911 hubo 190 matriculados. Su progreso era innegable y la ciudadanía empezaba a sentir su notable influencia social”, se resalta en la historia del establecimiento educativo.

En 1910, tenían 130 alumnos y un año más tarde, 190 jóvenes se matricularon en el establecimiento. Sin embargo, la falta de medios para el sostenimiento los llevó a dejar la ciudad en 1912. A partir de 1913, con la dirección de don Luis Salas Peralta, el Sagrado funcionó con profesorado seglar.

El Sagrado Corazón de Jesús adoptó la condición de departamental y su funcionamiento empezó a correr por cuenta de la administración seccional, con el nombre de Provincial.

Luis Salas Peralta regresó a la dirección (1919 – 1922), acompañado por unos años por el pedagogo León García-Herreros. El colegio, al tener un número considerable de alumnos, se convirtió en el centro cultural más importante de la ciudad. En 1924, tenía hasta cuarto de bachillerato.

 
El general Rafael Valencia, Gobernador de Norte de Santander  en dos oportunidades, compró en 1926 la Quinta Teresa para la sede del colegio, y desde 1927 comenzó a funcionar allí. Al deteriorarse la casona, se trasladó a las instalaciones contiguas que ocupa en la manzana de las calles 15 y 16 con avenidas 3 y 4.

El padre José Santos Valderrama y José Rafael Unda fueron los más interesados en conseguir el regreso de los Hermanos Cristianos, logrando que en 1927, se iniciaran las negociaciones para su regreso, pero que sólo hasta 1929, se firmó.

El provincial, hermano Atanasio Pablo, designó como director de la comunidad y rector del colegio al Hermano Idinael Enrique, un religioso instruido, pedagogo y escritor. En 1931, el joven religioso Domingo León dirigió el Liceo anexo, que funcionó en una antigua casa de la calle 15, en el cruce con la avenida tercera. Luego, el Hermano Domingo estuvo al frente del Sagrado Corazón en dos ocasiones.

De los años 30 se recuerda a los hermanos Ulberto Miguel, Florencio Pedro, Pedro Jesús Betancur y Daniel Ángel.

El 6 de enero de 1949, tomó la rectoría del colegio el Hermano Ramiro Pinzón Martínez, más conocido como el Hermano Rodulfo Eloy, que es, seguramente, el personaje de la Comunidad Lasallista  que más vínculos mantuvo con la ciudad, hasta el punto que la administración Municipal optó por colocarle a una institución educativa su nombre en honor. El Hermano Rodulfo fue artífice de la obra del colegio La Salle, inaugurado en febrero de 1954. 

Han pasado por la rectoría los hermanos Adolfo Estanislao, Martín Lucas, Domingo León, Nicolás, José Martín, Arturo Monier,  Rivero Manrique Córdoba y Henry Ramírez, entre otros. 

Estos recuerdos aparecen en La Opinión, Historia de la Educación, los periódicos Hoy y Trabajo, la Cámara de Comercio y con el apoyo del profesor e historiador Miguel Palacios. 

Le dio vida al baloncesto 

La tradición oral señala que fueron los Hermanos Cristianos por intermedio del hermano Arturo Monier, quien desde Francia trajo entre su equipaje un balón de basquetbol  y el reglamento de este deporte que rápidamente fue aceptado por la juventud cucuteña y que con el transcurrir del tiempo lo convirtió en su deporte insignia.

Cúcuta se ganó el título de ‘capital basquetera de Colombia’ y el Sagrado Corazón puso su grano de arena en ello. José ‘Toto’ Hernández, ‘Chema’ Méndez,  Hugo ‘Bombero’ Guerrero, Carlos y Alfredo Díaz Calderón, ‘Roque’ Peñaloza, Antonio Soler, Álvaro Gil,  Antonio José Ochoa y otros que hicieron vibrar con sus jugadas a la cada vez más concurrida afición basquetera cucuteña, se formaron académica y deportivamente en el Sagrado Corazón. 

Tareas de hoy 

El hermano Emilio Luis Casallas, rector del colegio que desde 2007 se convirtió en mixto, habló de los 110 años:

• Para nosotros es un orgullo, primero, porque llegamos a esta fecha tan significativa; segundo, porque es la institución educativa más antigua que tiene la ciudad; y tercero, porque a pesar de que somos antiguos, no hemos pasado de moda. Estamos liderando muchos procesos. Somos una institución certificada con la norma ISO-9000.

• Estamos muy superiores en el Icfes.

• Tenemos mucho que ofrecerles a los jóvenes en la parte académica, deportiva, tecnológica, de investigación.

• Tenemos espacios adecuados para una gran formación de los jóvenes. Entonces, en estos 110 años es un orgullo para nosotros saber que estamos vigentes, saber que nos quieren, saber que somos una institución: acojo las palabras de la antigua secretaria de Educación que nos decía que el colegio Sagrado Corazón es el símbolo educativo de la ciudad.

• Seguimos fortaleciendo la tradición que llevamos de formación, como dice nuestra misión, una formación humana, académica, de calidad. Entonces, creo que eso encierra muchos aspectos. Nosotros continuamos celebrando los primeros viernes, con la eucaristía. Continuamos llevando a nuestros jóvenes a retiros y a convivencias. Tenemos formación de los maestros. -Nos preocupamos por estar actualizando nuestro currículo, nos preocupamos por tener la sala de sistemas en las mejores condiciones. 

Adecuamos y modernizamos permanentemente nuestros espacios. Los salones los modernizamos con aire acondicionado. Con ventilación. Para que sean espacios adecuados.

Estamos adecuando y reorganizando la institución para que responda a las necesidades de nuestros estudiantes y de los padres de familia.

• Este colegio es oficial. Tenemos varios convenios con el Sena y con varias universidades.

Misa de acción de gracias 2013

Palabras de reconocimiento 

Los hermanos lasallistas, que en hora buena llegaron el siglo pasado para iniciar la labor educativa, son parte de esos visitantes excepcionales que vinieron a dejar una huella imborrable. Llegaron a sembrar perseverancia, solidaridad, amor por el trabajo, pasión por el estudio y el deporte en la mente y el corazón de generaciones de jóvenes que empezaron a educarse en los albores del siglo 20.

Ser corsajista, antes y hoy, no era solo ingresar a un colegio para ser bachiller. Era entrar a ser parte de una gran familia educativa, donde el honor, el respeto y la lealtad son las bases de la formación humana.

Así lo entendieron centenares de madres, como la mía, quienes lucharon porque sus hijos pudieran formarse en esa institución. La fama de humanismo, disciplina y rigor académico de la institución trascendía la frontera de los barrios y era lo que toda familia quería y quiere para sus hijos.

Se ha consolidado nuevos colegios públicos y privados, pero este sigue teniendo esa impronta especial que teje con armonía el conocimiento del sentido humano.

A los hermanos Alegría y Valderrama, y a varios ciudadanos de la época les debemos esta realidad que se llama hoy colegio Sagrado Corazón de Jesús. Fue la firmeza con al que asumieron el compromiso la que hizo posible lo que para algunos podía ser una quimera.

Hoy, más que nunca, el tesón de estos hermanos es una lección para todos, porque la construcción de departamento sigue en marcha. Su ejemplo cobra vigencia. Esta convicción de unión, perseverancia y firmeza es la que debe identificarnos como nortesantandereanos para emprender los cambios que necesita nuestra región.

Los corsajistas tenemos la huella indeleble de servir y trabajar en pro de todos, de sabernos hijos de Dios y de forjar una vida bajo su amparo. En fechas como esta,  que nos permiten a los egresados volver a nuestro colegio para revivir los momentos y la vivencia de la adolescencia, solo tenemos dos palabras para agradecer a quienes hoy siguen el legado de sus fundadores: muchas gracias. Muchas gracias por continuar una obra que hoy podemos asimilar como patrimonio educativo, porque no existe una profesión o entidad relevante que no albergue más de un orgulloso corsajista.


EDGAR DÍAZ CONTRERAS

Gobernador de Norte de Santander

Exalumno corsajista




Recopilado por: Gastón Bermúdez V.